La calidad del empleo en España es un 10% inferior a la media de la UE-15

Funcas | El mercado laboral español tiene un importante margen de mejora en la calidad del empleo, según el último número de Panorama Social, publicación editada por Funcas. En uno de los artículos incluidos en este número escrito por Rafael Muñoz de Bustillo Llorente y Enrique Fernández Macías, y basado en variables no monetarias (tales como horario de trabajo, condiciones contractuales y perspectivas de desarrollo profesional, entre otros), España se encuentra entre los países de la UE15 con los valores más bajos. El peor posicionado es Grecia (18% por debajo de la media de la UE15) y el mejor, Finlandia (9% por encima de la media). España, junto con Portugal, Italia y Francia, también aparece por debajo de la media (alrededor del 10%).

El documento sobre la situación y perspectivas del mercado laboral español también aborda el avance de las nuevas tecnologías digitales y la implantación del teletrabajo.

El La penetración masiva de las tecnologías digitales no necesariamente reduce el trabajo humano y, por tanto, el empleo agregado. Sin embargo, implica un cambio en su composición, así como en el contenido y las condiciones de los puestos de trabajo. Esta evidencia sugiere que unLa atención debe centrarse más en cuestiones relacionadas con la calidad del empleo que con su cantidad.y. En este sentido, y aunque la calidad del empleo en España es mejorable, durante el período 1995-2015, caracterizado por el importante avance de las nuevas tecnologías en el espacio laboral, la calidad del empleo no ha empeorado ni en la UE ni en España; más bien, los datos apuntan a una ligera mejora en los países periféricos.

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Por otro lado, llama la atención que a pesar de que las tecnologías, la infraestructura y las habilidades necesarias para la expansión generalizada del teletrabajo han estado disponibles durante al menos dos décadas, el teletrabajo todavía, hasta principios de la década de 2020, no se practicaba ampliamente ni siquiera en las economías más desarrolladas. Es cierto que la pandemia ha acelerado un proceso de digitalización ya avanzado y maduro, reduciendo las resistencias culturales e institucionales que aún obstaculizaban este proceso, pero es dudoso que haya provocado un cambio irreversible en la prevalencia del teletrabajo.

Estimaciones recientes indican que no más del 37 % de los empleados europeos podrían, en virtud de la naturaleza de sus puestos, teletrabajar por completo (en el caso español, este porcentaje baja al 34%). Las Encuestas europeas de población activa han mostrado un fuerte aumento del teletrabajo permanente durante la pandemia, del 3 % para los empleados asalariados en 2019 (1,7 % en España) al 11 % en 2020 (9,5 % en España). Sin embargo, a pesar de este aumento sin precedentes (casi un 400% en un año), la cifra aún está lejos del nivel potencial estimado en más de un tercio de todos los empleados (como ya se señaló).

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